En III Reunión Ministerial, países miembros de la CELAC acuerdan lineamientos generales para la región sobre el problema mundial de las drogas

En III Reunión Ministerial, países miembros de la CELAC acuerdan lineamientos generales para la región sobre el problema mundial de las drogas

Santo Domingo.- La III Reunión Ministerial de la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) sobre el problema mundial de las drogas celebrada en el país concluyó con la decisión por consenso de los delegados de los países miembros sobre cuáles serán los lineamientos generales de los temas prioritarios para la región.

Entre estos temas se destacan la cooperación, el abordaje de los temas de género, el impacto del VIH y otras enfermedades transmisibles, así como la capacitación del personal de salud y los recursos humanos que trabajan en la reinserción social de los drogodependientes.

Estos acuerdos serán elevados a la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Problema Mundial de las Drogas (UNGASS 2016), que será celebrada en la sede de la ONU en Nueva York, el mes de abril próximo.

Los trabajos de esta reunión ministerial, que contaron con la participación de delegaciones de los 33 Estados de América Latina y el Caribe que componen el organismo regional, estuvieron encabezados por el ministro de Relaciones Exteriores, arquitecto Andrés Navarro, y el presidente del Consejo Nacional de Drogas (CND), doctor Fidias Aristy.

Entre los temas más importantes acordados por la CELAC en la Declaración de Santo Domingo, se destaca la cooperación como componente central para el abordaje del problema mundial de las drogas como una responsabilidad común y compartida que requiere de la atención especial de los Estados a los fines de reducir esta problemática en nuestras realidades nacionales, y en ese marco, la importancia de la cooperación e intercambio técnico y jurídico para aumentar las capacidades nacionales ante el problema del narcotráfico.

La Declaración de Santo Domingo tomó en cuenta, de igual manera, los actores relevantes del proceso que lleva a cabo la Comunidad Internacional de cara a la UNGASS, como son las organizaciones internacionales, la sociedad civil, la academia, los pueblos indígenas, la comunidad científica y los congresos nacionales.

De igual manera, los temas de género fueron abordados por las altas autoridades de la región, en el sentido de la vulnerabilidad de las mujeres ante este tipo de problemática social, y el impacto sobre la vida y la salud del uso indebido de drogas en las poblaciones latinoamericanas y caribeñas, que sin dudas constituyen afectadas por sus condiciones de ser parte de países de origen, transito y destino de la droga en el mapa mundial.

Así mismo, el impacto del VIH y otras enfermedades transmisibles, también fue parte de las preocupaciones abordadas por las delegaciones CELAC reunidas en la capital dominicana para la I Reunión Sectorial que celebra la Comunidad en el marco de la Presidencia Pro Tempore de nuestro país asumida el pasado 26 de enero en Quito, Ecuador.

Otro aspecto que abordaron las delegaciones de los 33 Estados de América Latina y el Caribe que componen el organismo regional fue la importancia de la capacitación del personal de salud y los recursos humanos que trabajan en la reinserción social de los drogodependientes, así como la valoración de tomar en cuenta las convenciones internacionales de derechos humanos en las políticas de drogas de los Estados, sin que ello vulnere la seguridad de los mismos.

Estos acuerdos que ahora serán elevados a la Sesión Especial de UNGASS 2016, el canciller Navarro afirmó que constituyen “un paso de avance en el propósito de hacer realidad la concertación y coordinación de posiciones sobre los temas prioritarios a nuestra región”.

Reiteró que el problema mundial de las drogas es un permanente desafío que, “por su complejidad y funestas consecuencias nos lleva a la necesidad de mantener un firme compromiso para avanzar de manera conjunta para establecer políticas integrales basadas en el ser humano como eje primordial de las políticas de drogas.